Qué ven tus ojos realmente?

Las noches de Osaka, eran particularmente un deleite para Runa, las muchas luces iluminando la oscura ciudad, bajo el falso cielo, la hacían recordar a cuando veía el verdadero cielo allá, el Alaska, ahora tan lejano. Aunque también recordaba a sus padres, no le producía nada dentro de ella, más que tal vez una sensación extraña de nostalgia. Estaba sentada en el tejado de una casa, en una de las partes más despobladas de la ciudad, donde no pasaba un alma, más que tal vez algún gato de tanto en tanto. Tomó su cigarrillo, lo puso en su boca y lo encendió cuidadosamente, rodeando el fuego con sus manos para que no se apagara con el viento.

-No debe faltar mucho… -Murmuró para sí misma.

Comenzaron a caer las primeras gotas de la lluvia que se había pronosticado, y ella sonrió observando y sintiendo sobre ella caer cada gota. Miró hacia todos lados, sarcionándose de que nadie la estuviera mirando. Cerró sus azules ojos, y al abrirlos, brillaron con un destello rojo, y concentrándose, las gotas de lluvia se transformaron lentamente en agua hielo y posteriormente, en algo muy similar a la nieve. Elevó sus brazos sintiéndola sobre ella, y sonrió satisfecha, al tiempo que empezaba a entonar una canción con un dejo de tristeza.

- Mengluni meng loony or Ciuqlia… Apallum Ciuqlia… Akuli a goo lee…

La imagen de un muchacho gritando al tiempo que se despedazaba congelado venía a su mente cada vez que cantaba esa canción.

Amber caminaba con paso tranquilo y un tanto distraído, mientras tarareaba una canción. Se sentía muy tranquila, porque confiaba en que Jubi y Black Star cumplirían la misión que les había encomendado. "no hay nada de qué preocuparse" pensó con una sutil sonrisa reflejada en su infantil rostro. Evening Primrose ya estaba con sus planes en marcha, y aunque confiaba plenamente en los chicos, se sentía un tanto impaciente, aunque faltaba mucho para preocuparse.

Para ella, el caminar como una tranquila adolescente por aquel lugar no era nada raro, aunque sabía que debía estar alerta, aún no estaba segura de que El Sindicato o M16 la estuviesen buscando. Estaba lloviendo, por eso llevaba su paraguas abierto, mientras chapoteaba en las pozas que poco a poco se iban formando en el suelo. Levanró la vista al ver a una joven jugando con la lluvia, al parecer era una contratista, y podía manipular el agua, transformándola al parecer, en hielo, y luego en una sustancia similiar a la nieve. "Qué interesante" pensó con alegría, aunque no se podía entrever lo que realmente pensaba la líder de Evening Primrose.

Se acomodó el paraguas, y avanzó hacia dónde se encontraba la muchacha, no debía ser tan inconsciente, puesto que aquella chica podría ser de las organizaciones a las cuales ella había traicionado.

-Linda habilidad, contratista-san- se dirigió a ella con una dulce sonrisa, ladeando apenas el rostro de niña, dándole a entender que sabía lo que era, si la chica reaccionaba mal, no le quedaría más remedio que usar su contrato y largarse, en su mente pudo hacerse una imagen de Amagiri, fastidiándola con que "no debía usar su habilidad de manera imprudente".
-disculpe mi intromisión, pero ¿qué canción está cantando?- se atrevió a preguntar, sin quitar la sonrisa de su rostro, acentuándola aún más al quedarse frente a la chica.

off: si no te molesta lo respondí yo, si hay algún problema me avisas y edito o borro, un saludo

Black Star acababa de terminar su misión, la cual había sido todo un éxito, aunque no de la manera en la cual lo habían planeado. Eso lo frustraba un poco, pero hay veces que hay que adaptarse a la situación, pensaba el contratista, un poco como consuelo. El anciano era historia, y habían huido con éxito, si bien no había sido la huida mas decorosa. Faltaba avisarle a Amber del resultado de la misión, de lo cual se encargaría el, pues así lo habían acordado con Jubi antes de separarse.

El contratista sabía que luego de la misión debería encontrarse con Amber en Osaka, por lo que a la mañana siguiente de aquella agitada noche en los alrededores del castillo tomó el primer tren a dicha ciudad. Había tenido que deshacerse del coche, muy a su pesar, para que no lo pudieran rastrear. Se sentía bastante cómodo en ese maltrecho vehículo, y el separarse de él le daba un poco de pena.

Una vez en la estación de trenes de la ciudad -una de las tantas- se encaminó hacia el lugar pactado, no muy lejos de donde se encontraba. Tenía tiempo de sobra (faltaban, por lo menos, 17 horas), por lo que decidió ir a pie para identificar el lugar. Estar alerta formaba parte de su rutina, como lo sería para cualquier contratista que pretendiera sobrevivir.

El día estaba feo, a punto de llover. Apretó el paso por si tenía que buscar refugio. No le gustaba la idea de mojar su recién estrenado traje negro (el otro, magullado y ensangrentado, había terminado en el fuego, borrando así las pocas evidencias del crimen cometido).

La parada de tren, en las afueras de la ciudad, estaba rodeada de un paisaje bastante fúnebre, lejos de ser el alegre y colorido centro de la ciudad. A Black Star no le agradaba la idea de que Amber vagara por esos lugares, si bien sabía que la líder de Evening Primrose no necesitaba ningún tipo de protección. Pensaba acabar con sus deberes lo más rápido posible para no entretenerla demasiado tiempo en aquel paisaje lúgubre...pero tratándose de Amber, quizás ya estuviera allí, por alguna inexplicable razón que solo ella conociera.
Eso lo puso un tanto nervioso. A pesar de ser contratista, veía a esa mujer como si fuera su propia madre. Pues Amber había cuidado de él cuando estaba solo en Japón y le había abierto las puertas sin dudarlo.
Si bien sentía una especie de aprecio por su anterior mentor, con Amber compartía algo mucho más profundo: una visión del mundo. Evidentemente algo raro sentía por esa mujer, algo mas que respeto y aprecio...

Apuró el paso.

Estaba ensimismada en su acto, y al mismo tiempo pagando su remuneración por jugar un poco a su antojo con sus poderes. La nieve caía en la palma de sus manos tan suavemente, y la canción la animaba tanto que estaba como perdida en su propio mundo, hasta que una voz que no pudo percatar hasta que habló la interrumpió tan secamente que las gotas de lluvia se convirtieron en hielo duro como granizo y terminaron de caer, al tiempo que detuvo la canción.

-Es mi remuneración –Exclamó seria, clavando su mirada en los ojos de la muchacha, supuso que si no le sorprendía el ver nieve en medio de la lluvia, sabría de sus poderes y de que era una contratista. Se paró tirando el cigarrillo, luego de darle una última pitada.

-Yupik… -Continuó, esquivándole la mirada, pues estaba algo desganada –Es un idioma muy antiguo que se habla en el centro de Alaska… -Agregó saltando del techo y cayendo cerca de la muchacha, jadeando un poco con su cabeza, sorprendida del repentino encare. Estaba completamente empapada, ya llevaba algún rato debajo de la lluvia. Se hincó un poco observándola curiosa.

-Qué hace una muchachita como tú en un lugar tan peligroso como este? –Preguntó con una sonrisa extraña, entre insana y amigable.

Off: está perfecto no te preocupes…

Estaba lloviendo. El traje se estaba mojando. Black Star se lamentó en silencio mientras apuraba más el paso. Pero para cuando llegó al lugar ya no llovía.
Solo quedaba esperar, y secar la ropa, por lo que se sacó el traje. No llevaba buzo, pues no estaba tan frío, y su remera negra, húmeda, marcaba sus músculos (los cuales no se asemejaban a los de Jubi, pero se destacaban del promedio).

Comenzó a caminar por la zona, esperando que se secara la ropa. No había caminado mucho cuando vio, a lo lejos, dos figuras. Aparentemente estaban entablando una conversación, por lo que Amber no podía ser una de ellas. Ella solo estaría allí para encontrarse con él.

Volvió a acordarse de lo imprudente que podía llegar a ser Amber y decidió acercarse para cerciorarse de que no fuera ella.

En otra ocasión, una charla tan larga la habría obligado a desesperarse y terminar acabando con su interlocutor, pero algo en la mirada de esa muchacha le transmitía paz y serenidad, tal vez sus ojos color ámbar. Volvió a mirar hacia un costado, pensativa.

-No creo que sea peligroso para mi, y al parecer tú piensas lo mismo... -Exclamó suspirando.

Cuando la muchacha nombró a Alaska, los ojos de Runa se abrieron de par en par por un minúsculo momento, y luego, su rostro volvió a ser tan inexpresivo como antes.

-Naci en Alaska, recuerdo muy pocas cosas... entre ellas esta canción -Le contestó amablemente, pero empesando a preguntarse por qué le hacía tantas preguntas -Me gustan más estos lugares que los que están muy poblados, aquí puedo estar tranquila... -Luego suspiró nuevamente y agregó acercandose aún más -Pero vaya! que curiosa... Mi nombre es Runa, y tú debes ser una contratista o estar muy loca para estar hablando tranquilamente conmigo -Finalizó cerrando el gesto con una sonrisa algo en broma y algo armada.

Un silencio reinó por unos segundos, apagando el ruido de la lluvia que parecía irse de a poco -Ya ha dejado de llover... por qué no cierras tu paraguas? -Después de hacer esta pregunta, percibió la presencia de otra persona, y al instante acarició su arma por detrás de ella -Viene contigo?

Ya más cerca de aquellas personas, Black Star comprobó que una de ellas era Amber, la cual lo recibió con un "llegas tarde". Era típico de ella decir ese tipo de cosas que para el contratista no tenían mucho sentido. Todavía faltaban unas cuantas horas para la hora pactada, y sin embargo "llegaba tarde".

"¿Piensas atacarnos? Porque sinceramente no veo la necesidad" dijo Amber de pronto. Se percató entonces de quien era la receptora del mensaje: una jóven de rostro inexpresivo. "Una contratista, seguramente" pensó Black Star. Era evidente que Amber se traía algo entre manos, por lo que el contratista se limitó a encogerse de hombros y simplemente murmuró: "misión cumplida", al tiempo que dejaba el estuche de guitarra en el suelo, y lo abría con parsimonia. Si se llegaba a necesitar de sus habilidades, tendría que estar preparado para sacar su katana en el menor tiempo posible.

Sin embargo no parecía que Amber buscara ningún tipo de enfrentamiento.

Ella volvió a suspirar ante el repentino ataque de palabras, soltando el arma, bajando la guardia casi por completo, para demostrar antes que nada que no planeaba atacar por el momento.

-Sería muy imprudente de mi parte enfrentarme contra dos contratistas... -Exclamó segura de sí misma, y con seriedad en su rostro -Además los tiempos lluviosos me ponen de buen humor, la verdad es que no quiero pelear -Agregó sinceramente. Luego se cruzó de brasos, prendiendo otro cigarrillo momentos después de haber apagado su último. Pero si había algo que le molestaba, era que cuando ella mostraba señales de paz, otra persona se preparara para atacar "por las dudas". Entonces, abrió sus ojos, los cuales volvieron a brillar con un destello rojo, y segundos después, los pies del muchacho estaban congelados.

-Te aconsejo que no saques nada... no es necesario, y me pone los nervios de punta -Se pausó unos momentos -Podemos hacer de cuenta que este encuentro jamás ocurrió, y largarnos a casa... -Finalizó después de un silencio sepulcral que reinó durante unos momentos. No parecían hostiles, pero en caso de que lo fueran, era de gran ayuda que el suelo estuviera completamente mojado por la lluvia.

"Vaya, vaya" dijo Black Star sonriendo "no pretendía asustarte". Si algo estaba claro, era que esa chica no estaba asustada. "Pero no quieras juzgarme, cualquier contratista sensato que valore su vida, hubiera hecho lo mismo."
"Tomar precauciones nunca esta de mas" agregó, al tiempo que se levantaba, dejando en claro que no pensaba sacar nada del estuche a medio abrir.
Estaba seguro de que todo lo que estaba diciendo no era nada nuevo para la contatista, a juzgar por la rapidez con la que había reaccionado. Algo de esa chica le llamaba la atención. Podía llegar a ser una poderosa alida, o una poderosa enemiga. "Ambas opciones tienen su atractivo", pensó el chico de remera negra.

"Mis disculpas, no quise alarmarte", dijo, y volvió a sonreir.

Luego se volvió hacia Amber: "No era mi intención arruinarles la fiesta"

Runa se sorprendió bastante de la reacción de aquellos dos muchachos, esperaba algo un poco más hostil la respuesta, pero la tranquilidad de esa muchacha la perturbó más de lo que se hubiera imaginado. Sus ojos se abrieron grandes sorprendidos, y las cenizas calleron solas del cigarro que tenía en su boca.

-Qué es lo que pasa con ustedes? -Preguntó sinceramente, y sin dejar de mostrarse sorprendida. El muchacho parecía normal en líneas generales, pero aquella chica le transmitía sensaciones muy extrañas, jamás había tenido frente a ella a alguien que ni siquiera se inmutara al verla haciendo lo que mejor sabía hacer -Si, supongo que olvidarnos de todo es lo mejor para los tres... -Añadió contestando la última pregunta de la muchacha -A menos que... quieran algo más de mi -Finalizó frunciendo el seño, pero casi sin moverse.

Sus músculos, que hasta el momento permanecían tensos y alerta ante cualquier posible ataque, se destencionaron después de la respuesta de sus interlocutores, y por fin apartó la mano de su beretta, para luego mostrar una mirada ya no tanto de alerta, sino de busqueda de respuestas.

off: Hikari me encanta como roleas el papel de Amber, realmente le sos muy fiel...

La rubia miró a Black Star, y negó con la cabeza -mm...mm...no se puede
interrupir algo que no existe- le sonrió divertida y luego se volvió al oír las palabras de la contratista.
Amber alzó las cejas por unos breves instantes y esbozó una pequeña sonrisa -No sé a qué te refieres con eso de qué nos pasa... yo creo que realmente no hay necesidad de formar una pelea en una situación que no lo amerite, además no veo que de verdad quieras pelear con nosotros Runa-san- le respondió con total sinceridad a la muchacha, realmente le era interesante aquella chica a Amber, pero por el momento no pensaba averiguar más sobre ella.
-¿sabes? para mí sería muy fácil cumplir tu deseo Runa- san, si de verdad quieres hacer como que esto no pasó, puedo cumplirlo- le dijo jugando por unos instantes con su paraguas. Sabía que eso a Black Star le molestaría, la mayoría de los miembros de Evening Primrose siempre la sermoneaban sobre no utilizar su habilidad de manera imprudente, y sabía que el chico que la acompañaba reaccionaría igual que Amagiri.

Negó nuevamente con la cabeza y respondió con calma y medio divertida -No, no queremos nada de ti, este encuentro fue casual, pero tal vez más adelante nos veamos de nuevo- una sonrisa misteriosa se dibujó en su rostro, nadie a ciencia cierta podía saber cómo maquinaba la mente de Amber, y ella por lo demás no se dejaba conocer tan fácilmente.

Se quedó pensativa durante unos instantes, si la muchacha de verdad quería olvidar todo aquello, Amber retrocedería el tiempo hasta el momento en que la vio y evitaría el encuentro. Después de todo, el rostro de aquella chica quedaría grabado en la mente de Amber. Miró a Black Star, para ver si el chico protestaría por lo que ella tenía planeado hacer. -¿nos vamos, hermaito?- le preguntó con una sonrisa, a la espera de la respuesta, si se iban era el momento de "olvidar" aquel encuentro.

Off: en serio? que bueno, porque cuando la tomé tenía miedo de no representarla como era debido...Gracias Runa!

Al escuchar las palabras de Amber, Black Star frunció el ceño. No le gustaba que usara su habilidad por las consecuencias que le traería pagar su remuneración y sin embargo sabía que la muchacha realmente estaba pensando en la posibilidad de usarla.
Miró a su compañera ceñudo: "Espero que no estés pensando en usar eso. Ya estas bastante grande como para saber que no es conveniente a menos que sea urgente"
Hizo una pausa para analizar la situación. No le molestaba irse de ahí sin mas, y olvidar todo, puesto que no guardaba ni rencor ni ningún otro tipo de sentimiento hacia la chica. Pero por otra parte no le gustaba la idea de que Amber usara su habilidad.

"Estoy seguro de que nos interesa conocerte,"dijo, haciendo énfasis en el nos, "podriamos quedarnos a charlar un rato mas. Después de todo, no siempre se tiene la posibilidad de conocer a una contratista" sonrió. No era una sonrisa fingida, pero normalmente mostraba una faceta neutral, seria, acorde a su condición de contratista.
Pero su lado infantil era necesario para no embarrar más la situación. Seguía siendo muy joven, y su infancia había sido muy dura, por lo cual a veces tenía actitudes propias de un chico de su edad, mucho más despreocupado que un contratista.
Y sin embargo, pocos lo conocían como realmente era.

Runa analizó detenidamente la situación. Era extraña por demás, pero por el simple hecho de que un encuentro casual entre contratistas, a su forma de ver las cosas, solía terminar siempre en una batalla a muerte, pero estos dos personajes parecían estar más alla de todo eso que creia. Sonrió.

-Lamento la hostilidad... -Se disculpó -La costumbre... -Prosiguió. Ni siquiera ella entendía por qué lo hacía, siempre había sido tratada como un monstruo, incluso cuando dejó de ser una moratorium, pero ahora, de repente aparecieron dos personas que la vieron a travez de los fríos ojos de hielo que tenía. No era como si sintiera algo, era como si el día se prestara a que sucedieran cosas extrañas.

Algo en las palabras del muchacho la habían sorprendido, "ya estás bastante grande"? claramente era casi un niña lo que tenía frente a sus ojos, pero era muy facil deducir que a lo que se refería el muchacho era a una remuneración limitada. Suspiró.

-Mi hermano era un contratista como yo, y también tenía una remuneración limitada... No me preguntes cómo lo se, pero tus ojos me recuerdan a él... -Miro al muchacho -Y lo que tu le dices a ella, yo solía repetirselo una y otra vez... jamás lo olvidaría... -Finalizó con una extraña sonrisa, que parecia dejar algo de... ¿tristeza?

Black Star le sonrió a Amber: "sabes que no es mi intención molestarte"
Luego, dirigiéndose a Runa dijo, "nos veremos en otra ocasión, supongo" , y se dispuso a seguir a Amber. Si ella no quería seguir allí, no había nada que el contratista pudiera hacer, o decir, para hacerla cambiar de opinión. Al fin y al cabo, ella era la líder de la organización a la que Black Star pertenecía.
Sin embargo, algo le decía que no sería la última vez que vería a aquella chica.

Se agachó, cerró el estuche que guardaba la katana y se lo colgó al hombro. Pero de pronto se acordó de un pequeño detalle. Se echó a reír sólo.

"Runa, serías tan amable de descongelar mis pies" dijo.

ROL OFF: disculpen que me quedó medio corto, lo mio no son las despedidas

Ella quiso grabar el rostro de aquellos dos muchachos por última vez antes de retirarse. Una leve sonrisa, no tan sincera se dibujo en su rostro, y pitó nuevamente su cigarro metiendo tanta nicotina dentro de ella como pudo.

-Hasta pronto... -Exclamó, dandoles las espalda para comenzar a caminar hacia su lado opuesto, al tiempo que elevaba una de sus manos en señal de saludos, y los pies del muchacho se descongelaban. Tendría grandes problemas con El Sindicato si alguien llegaba a enterarse de lo sucedido, asi que prefirió "borrar" ese encuentro de su memoria.

-Mengluni meng loony... -Comenzó a cantar, apagando poco a poco su voz... y desapareciendo en la oscuridad que reinaba en aquellas calles empapadas por la lluvia.